Pan de molde casi sin amasar, en 3 horas

Tiempo de elaboración: 3 horas
Dificultad: baja
Coste: bajo
Fuente: Dan Lepard en The Guardian

Esta es la manera más fácil y rápida de hacer un pan de molde riquísimo. Sin nada de trabajo. La preparación dura media hora, casi toda de reposo. Luego hay dos levados de una hora cada uno. Y el tiempo de horno es de unos 25 minutos para un pan de 400 gr.

No estaba segura de si sería más fácil hacerlo con Thermomix o a mano, así que lo he hecho de las dos maneras y así tengo el experimento completo.

Hecho a mano270 gr de harina de fuerza
1 cucharadita de sal (4 gr)
120 gr de agua (60 gr de agua fría y 60 gr de agua hirviendo)
1 cucharadita de azúcar (4 gr)
30 gr de nata agria o «crème fraîche» (yo, 20 gr de yogur + 10 gr de aceite de girasol)
3 gr de levadura seca de panadería (es una cucharadita rasa escasa)

Mezclar en un bol amplio el agua fría, el agua hirviendo, la sal y el azúcar.
Añadir la nata agria (o el yogur y el aceite), mezclar bien, y añadir después la levadura.
Incorporar la harina. Unirla bien al líquido con las manos. Trabajar con rapidez. No es necesario hacer una masa perfecta. De hecho, queda muy poco homogénea, pero no importa.
Taparla y dejarla descansar 10 minutos.
Amasar dentro del bol durante 10 o 20 segundos.
Tapar la masa y dejarla reposar otros 10 minutos. Volverla a amasar durante 10 o 20 segundos.
Repetir de nuevo el proceso. En total, se amasa tres veces y se le dan tres períodos de descanso.
Tras el último amasado, tapar el bol y dejar levar 1 hora en un lugar abrigado.
Desgasificar la masa con suavidad, darle forma alargada y colocarla en un molde rectangular de 25 x 10 centímetros, más o menos, ligeramente engrasado, si no es antiadherente, o de silicona.
Tapar el molde y dejar levar la masa como 1 hora.
Cuando falte una media hora, precalentar el horno a 190º C, calor arriba y abajo, sin aire. Posición intermedia.
Destapar el molde y llevarlo al horno unos 25 minutos, o hasta que esté dorado. Si se tiene un termómetro de carnes, pinchar en el centro. Debe tener una temperatura de alrededor de 90º C.
Sacar el pan del horno, desmoldarlo y colocarlo sobre una rejilla.
Si se quiere que la corteza sea tierna, untarla con un poco de mantequilla o aceite. (Con cuidado: quema. Se puede utilizar una brocha o un poco de papel de cocina.)
Dejar enfriar el pan por completo antes de cortarlo.
Se conserva bien envuelto en papel o en una bolsa de pan, a temperatura ambiente.

Con Thermomix

Los mismos ingredientes y cantidades, y en el mismo orden.
Pesar la harina, añadirle la sal y reservar.
Poner en el vaso los 120 gr de agua y calentarla programando 3 minutos, 37º, v. 1.
Añadir al vaso el azúcar, la nata agria (o el yogur y el aceite) y la levadura. Mezclar 30 segundos, v. 2.
Incorporar la harina con la sal y mezclar 5 segundos, v. 6.
Dejar descansar la masa 10 minutos.
Programar 20 segundos, vaso cerrado, v. espiga. (Son solo 4 golpes de amasado.)
Dejar descansar la masa 10 minutos. Volverla a programar 20 segundos, vaso cerrado, v. espiga.
Repetir de nuevo el proceso. En total, se amasa tres veces y se le dan tres períodos de descanso.
Tras el último amasado, dejar levar 1 hora dentro del vaso.
La receta continúa igual.

El resultado, en ambos casos, es un pan increíblemente esponjoso, de miga muy tierna. La corteza quedó algo más dura en el que hice en la máquina, pero también lo tuve unos minutos más en el horno. El olor es acaramelado, pero el pan es menos dulzón que los de molde comerciales. ¡Y sin sabor al plástico de la bolsa!

Está muy rico recién hecho, pero han pasado ya tres días y se conserva igual de bien. Está más «asentado», pero igual de rico. La miga es lo suficientemente consistente como para hacer una tosta de pisto con queso, y eso que he cortado rebanadas finitas con mi nuevo cuchillo eléctrico. Las tostadas del desayuno también quedan doradas y tiernas. Un pan encantador, vamos. Muy recomendable.

Ah, y creo que ha ganado la receta a mano. Es tan súper fácil, casi sin amasar, que da menos trabajo lavar un bol que desmontar la máquina. Además, me encanta tocar las masas. Por cierto, lo he hecho con una sola mano, la derecha, porque tengo la otra merida herida por un corte que me hice en un nudillo. Así que también podría llamarse «Pan hecho con una sola mano». Así, en plan chulo.

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